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Mar

2022

Raíces históricas de la guerra de Ucrania

Ucrania ha sido un país agarrotado por la corrupción y la pobreza. Un país fracturado en términos identitarios, entre una zona occidental de cultura europea (y lengua ucraniana) y una zona oriental de cultura y lengua rusa.

Por Enrique Sánchez. 14 marzo, 2022. Publicado en El Peruano, el 12 de marzo del 2022.

Ucrania significa “tierra de frontera”. Su población desciende de pueblos vikingos que emigraron desde escandinavia hasta las costas fértiles del mar Negro. Allí Oleg de Nóvgorod funda en el 882 d. C. el Rus de Kiev, una federación de principados eslavos hermanados por un mismo origen étnico y, desde el bautismo de San Vladimir (988), príncipe de Kiev, por la religión cristiana ortodoxa. La huella del Rus de Kiev medieval, origen histórico de la identidad ucraniana, rusa y bielorrusa, perdura en las bellísimas catedrales de Santa Sofía de Kiev y de Nóvgorod: las más antiguas de Ucrania y Rusia.

En el siglo XIII, una invasión mongola destruye el Rus de Kiev. La zona rusa, por estar más al norte, resiste mejor la embestida mongola, dando origen al Principado de Moscú, embrión del Zarato ruso y, más tarde, del Imperio ruso. La zona ucraniana queda, durante siglos, como territorio fronterizo, disputado entre mongoles, turcos, polacos, lituanos, rusos, austrohúngaros, etc. Es tierra de cosacos (“hombres libres”): guerreros que defienden sus tradiciones y ofrecen su espada a otras potencias. Uno de ellos, Bohdán Jmelnitski, ofrece en 1654 sus fuerzas cosacas al zar ruso (Tratado de Pereyásla), para liberarse, a su vez, del control polaco y lituano. Es un tratado que el nacionalismo ruso ve hoy como testimonio de la subordinación histórica de Ucrania a Rusia.

Entre los siglos XVII y XIX, gran parte de la actual Ucrania es anexionada al Zarato/Imperio ruso. La colonización rusa inicia en el este del país. De ahí que sea en esas zonas (en Donetsk y Lugansk, por ejemplo) donde más presente esté la lengua y la cultura rusas. En 1783, Catalina la Grande anexiona Crimea e instala, en el puerto de Sebastopol, la Flota del Mar Negro. Ucrania será, como la India para el Imperio británico, la joya del Imperio ruso.

Por su extensión, por la fertilidad de su tierra (es “el granero de Europa”), por su acceso al mar Negro (y de ahí a Estambul y el Mediterráneo). Se dice que Rusia sin Ucrania es un país; con Ucrania es un imperio.

El siglo XX es trágico para Ucrania. Sufre la Primera Guerra Mundial, la Revolución rusa (entre 1917 y 1921 se crea la República Popular Ucraniana) y el estalinismo. Entre 1931 y 1934 padece el Holomodor (en ucraniano, “matar de hambre”), en el que la colectivización forzada de tierras provoca la muerte, por hambre, de millones de ucranianos. Algunos historiadores lo achacan a la ineptitud. Otros, como Conquest o Applebaum, hablan de genocidio, de exterminio deliberado del pueblo ucraniano (cuyo nacionalismo habría querido castigar Stalin). Por si fuera poco, en 1941 sufre Ucrania la invasión nazi y el Holocausto (un millón y medio de judíos ucranianos son asesinados).

Durante la Unión Soviética (1922-1991) se establece la República Socialista Soviética de Ucrania. En 1954 Krushev traspasa Crimea a Ucrania. Es un regalo, entonces sin implicaciones internacionales (la URSS era una unidad fronteriza), que ofrece Krushev en conmemoración del tricentenario del Tratado de Pereyásla. En 1986 se produce Chernóbil, cuya devastación contribuye a la disolución de la URSS. En 1991 se firma la Declaración de Independencia de Ucrania.

Desde entonces, Ucrania ha sido un país agarrotado por la corrupción y la pobreza. Un país fracturado en términos identitarios, entre una zona occidental de cultura europea (y lengua ucraniana) y una zona oriental de cultura y lengua rusa. En 2004, en la Revolución naranja, muchos ciudadanos se manifiestan por la democracia. En 2014 se produce el Euromaidán, una revolución popular proeuropea (o golpe de Estado, según se mire) que provoca la salida del presidente prorruso Yanukóvich, la invasión y anexión rusa de Crimea, así como de una rebelión prorrusa en Donetsk y Lugansk (armada por Putin). La guerra en el este ha provocado, desde 2014, catorce mil muertos.

¿Por qué Putin ha invadido ahora Ucrania? Porque considera que forma parte inseparable del pueblo ruso. Que es una anomalía que tenga un Estado propio (culpa de ello a Lenin y a la caída de la URSS, que ve como “la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX”). Que es una traición que Ucrania se alíe con Europa (hasta solicitar incluso su ingreso en la Unión Europea y la OTAN). Y, porque, puesto que Ucrania está armándose estos últimos años, piensa que, o ataca ahora, o pronto ya no tendrá fuerza suficiente para devolver Ucrania, aunque sea a bombazos, al Imperio ruso que él ansía recrear.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

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